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miércoles, 13 de abril de 2016

Daniel Guirro, el príncipe catalán de los perfumes de Oriente


Daniel Guirro, el príncipe catalán de los perfumes de Oriente



Daniel Guirro i Sala
Daniel Guirro i Sala

Daniel Guirro, rebosante de imaginación, de aventurera fuerza empresarial, ha muerto en la ciudad de Lome, en la república africana de Togo. Tenía programados otros viajes de negocios a la India, Irán, Dubái, a su Egipto entrañable. Su pasión árabe le llevó a otros países en su ambiciosa expansión de nuevos mercados de consumo de esencias. Con un dominio del árabe coloquial, se introdujo en el ambiente de los zocos de la capital egipcia, ganándose la confianza de influyentes mercaderes que manejan el comercio de perfumes y detergentes. Los mayoristas, sus clientes, acostumbraban a ser gente como imanes, simplemente por el hecho de que tradicionalmente los bazares se encuentran cerca de las mezquitas. Tienden a desconfiar de los europeos, de los cristianos, y evitan comerciar con vendedores que sospechan que no creen en Dios. Para los árabes el perfumen no es un lujo, forma parte de su cultura.


Daniel se sentía como un pez en el agua en el mundo abigarrado de El Cairo. Mirando a los ojos de sus interlocutores, haciendo gala de sus conocimientos de la religión coránica, de las costumbres locales, a menudo con la palabra dada cerraba tratos de centenares de miles de dólares con clientes de Iraq, Siria o de los principados del Golfo. Le conocí en Beirut hace pocos años, en sus apasionados viajes comerciales. Daniel, políglota, culto, siempre inquieto, fue un hombre de negocios valiente que disfrutaba porque a través de su trabajo podía viajar a países del Oriente Medio.

Fue tentado por la diplomacia, le atraía la antropología, la cultura árabe. Una vez me contó que en el primer día que un agente comercial le invitó a un restaurante de Guiza, se sentó de espaldas a las Pirámides expresando muy bien que su interés no era por la civilización faraónica sino por los egipcios de carne y hueso. “Egipto –me decía mi amigo– es una tierra abonada para enamorarse”. En sus conversaciones supe que los árabes prefieren importar las esencias de las fábricas europeas y que su negocio no era tanto la confección novelesca de un perfume de una colonia sino la distribución de los ingredientes de estas esencias en jabones, detergentes, ambientadores y otros productos.

Le visité una vez en su empresa familiar, EMSA (Esencias Moles), de Cervelló. Allí me presentó a las vedettes –los perfumistas– que crean las fragancias y aprendí que un perfume se compone de cuarenta a ciento cincuenta ingredientes. En una de sus naves, me mostró un voluminoso cargamento de esencias destinado al puerto de Lataquia, en Siria, uno de sus mejores clientes en un mercado muy competitivo y arriesgado.

Daniel guardaba una factura del Daesh (Estado Islámico) del año pasado por un peaje de unos de sus contenedores, procedente del puerto jordano de Aqaba, destinado a su enclave iraquí.
Daniel quería componer un libro sobre su vida de perfumista en Oriente Medio. En sus centenares de tuits, casi todos en inglés, expresó sus emociones sobre El Cairo, su exaltación cuando volvía a aterrizar en la ciudad amada, en torno a sus viajes a Bagdad, Trípoli de Libia, Jartum, Saná, en busca de mercados para sus esencias, pero también cumpliendo su vocación de cosmopolita viajero por tierras del islam. “Me siento seguro en Bagdad –escribió– pero Twitter y otros medios se intranquilizan”. En todas partes captaba imágenes populares, de insólitos paisajes y rincones urbanos, se fotografiaba sonriente con clientes y proveedores, se sentía herido por los desastres de la guerra y las miserias y la barbarie del Estado Islámico.

“Siempre he creído –dejó escrito– que la muerte es la puerta de la libertad”. La muerte le ha arrebatado en el apogeo de su vitalidad creadora. Sus amigos egipcios se precipitaron a enviar su pésame a la familia. De acuerdo con su deseo, sus cenizas serán arrojadas al Nilo.

Daniel Guirro, perfumista catalan establecido en Oriente Medio
Daniel Guirro, perfumista catalan establecido en Oriente Medio
Origen información: La Vanguardia - Diario de Beirut

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